El punk que creó pop

No es fácil hablar de los padres del rock moderno sin caer en la idolatría. Lo que me llevó a esta vaca sagrada del punk rock, fue una de mis películas yonkees favoritas, Trainspotting, denominada la naranja mecánica de los noventa.  La banda sonora estuvo a cargo de nada más y nada menos que del gringo James Newell Osterberg, más conocido por todos ustedes (supongo) como Iggy Pop. Todo un hombre hecho rock. Su carrera inicia a finales de los 60's y a inicios de los 70's con la banda pionera del punk rock americano The Stooges quienes trabajaron una nueva forma de crear blues. Pasaron por las manos de Elektra records con quien sacaron Fun House, de ahí llego David Bowi quien produciría para  los Stooges el álbum Raw power.


Iggy pop en sus primeros conciertos en vivo creó algo que partiría la puesta en escena del rock en dos. Fue el primero en lanzarse encima de su público y este en sostenerlo. Hoy muchos rockeros incluyen en su espectáculo este salto alocado y lleno de energía que sólo a un tipo de la calidad de James Newell se le podría ocurrir. Pero pues marcó la historia  del mismo modo en el que el grandísimo Ronnie James Dio, al marcar los cuernos con las manos convertiría en la seña universal del rock y del metal.

La constante en sus trabajos son las drogas de todas las calañas y la crisis existencial que adoptaría el punk para vomitarlo después con acordes más crudos sin dejar atrás, la irreverencia del sexo y la vida urbana. Era el detonante para una época nacida y desarrollada en las calles, con todo su mundo de amores desechables corazones rotos, tristezas, drogas, alcohol, odio, apatía, dolor y todo lo que encerró al género y que aún se mantiene en esta moderna sociedad descompuesta.

Sin cresta y mucho menos sin camiseta se revolcó por todos los escenarios y las pantallas posibles marcando una época. O bueno, me equivoco completamente, Iggy Pop no marcó una época, él mismo fue una época que permeó y aún lo hace, en las nuevas generaciones de rockeros  y poniendo a sudar a más de un casto y puro conservador con la fuerza de su discurso punk montado en los andenes de la vida.


Amontonando éxitos como The passenger, Lust for life, siendo este último el tema que le da vida a la carrera que emprenden nuestros amigos de Trainspotting (Renton y Spud), después de robar una tienda para poder  ponerse un poquito de heroína. La canción habla del abuso de las drogas y el alcohol, del aférrense a la vida con pasión  vivir intensamente. Por eso se narra la historia de Trainspotting con Lust for life (lujuria para la vida).

Tanto Iggy Pop como Trainspotting son gritos de una época que destaco por atacar a esa mediocre existencia que exigía emprender una carrera en pro de los lujos, las cortinas y los pequeños alivios que nos venden a diario. Las dos recuerdan que esos momentos leves de inconsciencia en nuestras vidas nos devuelven sanos y  renovados para afrontar la cruda realidad. Es rock y el cine, es real o es psicoactivo pero es diferente, es rabia lo que desata el punk rock en toda su esencia, esta mismas tejida inicialmente por Iggy Pop...  lo olvidaba, también era actor.  

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