La Real Española

La Real Española, la llamo así porque de Academia no tiene nada, y lo digo por el impacto que en mí han causado las últimas reformas que las 22* han llevado a cabo y que están proponiendo. Entre lo más relevante, se ha cambiado el nombre de ciertas letras, la "zeta" pasará a ser "ceta", la "doble ú" se convertirá en "doble uve" y otras pendejadas que carecen de utilidad y, que la verdad, yo considero irrelevantes.

Aterrado me deja la otra parte de aquellas reformas, en las que se ha eliminado la tilde de los diptongos monosílabos (como es en el caso de guión, truhán, Sión), pues se consideran innecesarias. Hablando con uno de mis profesores, él decía que concordaba con ésta reforma, pues el uso de las tildes desde siempre ha acarreado ciertas dificultades y él muchas veces en los textos que sus estudiantes le entregan ha tenido que corregirlas y ver cómo los errores van y vienen constantemente. Yo le respondí que tenía razón en cuanto al uso de las tildes y las dificultades que éstas presentan para la mayoría de los estudiantes, pero elaborar esa reforma sería sucumbir al error común; es decir, aceptar que hay más personas que desconocen las normas ortográficas que las que las conocen y dar como solución a esto eliminar lo difícil y aplaudir la mediocridad. Llámenme conservador y exagerado, pero escríbanmelo con ortografía.


Mi profesor añadía que la escritura no es un lujo de pocos sino una necesidad universal, y el objetivo de la misma era ser sencilla, clara y entendible, cosa que tengo que aceptar indudablemente, pero no puedo aceptar el hecho de simplificar la escritura de tal manera que en un punto se llegue a pensar en utilizar mayúsculas sostenidas (de hecho las minúsculas se crearon para escribir más rápido en menos trazos, pero en la era digital eso es irrelevante), con el fin de facilitar la escritura y evitar los errores de aquellos que no las utilizan cuando es debido.

Por otra parte, en otra discusión con un personaje cuyo nombre no quisiera recordar y su procedencia me resulta imprecisa, el sujeto afirmaba que la solución es tumbar la institucionalización del lenguaje y volver al "anarquismo lingüístico". ¿Volver al anarquismo lingüístico? ¿Permitir el uso y desuso de reglas ortográficas de manera libertina?, como lo dije anteriormente la labor de la escritura es la de ser clara, precisa y universal, algo que la anarquía lingüística destruiría, pues cada quien podría jugar con los términos, cada quien, prácticamente, escribiendo en su propio dialecto. No soy defensor de la institucionalización de la Lengua como el sometimiento de la misma a las decisiones que una institución como la Real Española (Real sólo en el sentido de que existe) tome para aplaudir la mediocridad. La institucionalización lingüística que yo defiendo es aquella en la que se crean, modifican y permanecen unas reglas ortográficas que eviten al máximo la generación de ambigüedades, permitan la claridad de los textos y sea una escritura universal, de manera que cada quien tenga que aprender y respetar dichas reglas, añado, cuya creación debe buscar la claridad en los textos.

Siguiendo con las reformas, más terror aún me genera el deseo de las 22* de eliminar la tilde del adverbio "solo" y de los pronombres demostrativos, como por ejemplo "esta" o "donde". ¡Esto es indignante!, eliminar la tilde en esos casos eliminaría un recurso literario excelso para evitar las ambigüedades, el ejemplo que ponían en el artículo que leí de El Espectador decía "voy solo al cine", en donde hay la ambigüedad de si el "solo" actúa para denotar exclusividad o habla de que el sujeto va sin compañía al cine. Me decía un amigo que es labor del escritor el sortear éstas ambigüedades, en ese caso podría decir "solo voy al cine" o "voy solo al cine", para diferenciar ambas interpretaciones, pero yo concordaba con la afirmación anterior de que la escritura es necesidad y ha de ser clara, ¿no genera más claridad ésto?: "Voy sólo al cine" o "Voy solo al cine". A mí me parece que sí, creo que con la eliminación de aquellas tildes solo se lograría llevarnos a hablar al mejor estilo del maestro Yoda. Conservador a mí llámenme, pero necesaria esta crítica es.

¡La reforma lingüística sólo para mejorar, no para aplaudir y generalizar la mediocridad!

Espero morir antes de ver la reforma en la que se pueda reemplazar el "que" por "ke".

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*(No las llamo Academias de la Lengua porque no lo son, y hoy ya no quiero usar eufemismos, se me metieron a la cocina estos perros)

3 comentarios:

  1. x un mumdo cin octografiá

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  2. Decir "buena ortografía" es redundante.

    La palabra ortografía viene del griego,
    compuesta de orthos (correcto/bueno) y grafo (escribir). Se refiere a "escribir correctamente".

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  3. 1. Yo creo que lo de la "anarquía lingüística" no es simplemente que cada quién escriba como quiera, sino que cumpla con esos requisitos que tú mismo defiendes. Hay avances literarios muy importantes al respecto (Cortazar, Perec, etcétera) que creo que no deben ser obviados tan a la ligera. Me parece, además, que el lenguaje sí debe evolucionar y que esa idea que tú planteas como descabellada (libertinaje), podría ser el inicio de un acercamiento muy bonito, muy profundo, muy íntimo y creativo a la forma en que nos comunicamos.

    2. Adhiero totalmente con lo de la ambigüedad en el ejemplo que citas. Pero tampoco es que la ambigüedad sea el coco. Las metáforas, por ejemplo, generan ambigüedades y no por eso deben ser abolidas o prohibidas. ----Exageré acá.

    3. Lo otro que quería decir es que hablar mal de la Real Academia es recontra facilito y que la idea general es que son un montón de tipos de moño y monóculo dictándole al mundo cómo hablar al pie de la letra. Sin embargo, yo huelo mucho amor en una gente que es capaz de escribir tantísima poesía:

    llovizna.

    (De lloviznar).

    1. f. Lluvia menuda que cae blandamente.


    Siento haberme extendido, le eché como media hora a este comentario.



    J.M.

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